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EN EL OJO DEL HURACÁN: IMAGEN MEDIÁTICA DE EE.UU. TRAS EL PASO DEL KATRINA: ANÁLISIS DE LA PRENSA DE REFERENCIA DE BRASIL, GRAN BRETAÑA, ITALIA Y ESPAÑA.

íctor Fco. Sampedro Blanco (Universidad Rey Juan Carlos de Madrid); Fabrizio Ceglia (Universidad Rey Juan Carlos de Madrid); Andrea Reis (Pontifícia Universidade Católica de São Paulo); Bruno Reis (Universidad Rey Juan Carlos de Madrid) y José Manuel Sánchez Duarte (Universidad Rey Juan Carlos de Madrid)

 

Tras su paso por el Golfo de México, el huracán Katrina dejó un cúmulo de destrozos . Las manos que clamaban ayuda se levantaban en ese espacio confinado a “los de siempre”, el ghetto; donde se constataba la doble exclusión de clase y raza . Cíclicamente, como señala Richard Sennett (2001), en la historia de EE.UU. “la atención de la mayoría hacia la pobreza de la población negra” ha venido reforzando la idea de una sociedad escindida entre ciudadanos de primera y de segunda. Pero el Katrina, afirma Steven Lukes (2005), desveló cuestiones claves sobre la distribución y la forma de ejercer el poder en el seno de la sociedad norteamericana. La tardía y deficiente respuesta gubernamental a la crisis humanitaria cuestionaba la suficiencia del Estado de Bienestar como valedor último de los desprotegidos; o, más bien, manifestaba la insuficiencia de unos servicios públicos reducidos a su mínima expresión y que visibilizaban los niveles de abandono para los que ya estaban desamparados. La magnitud de la tragedia podía cuestionar el rol de Norteamérica como primera potencia y el papel de sus autoridades, como líderes globales del desarrollo económico y democrático. De ahí la necesidad de explorar en qué medida el reflejo mediático de la crisis del Katrina tiñó la imagen pública de EE.UU. y de sus gobernantes en la prensa de referencia internacional.

 

1. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

En este documento de trabajo analizamos la cobertura del huracán Katrina en algunos exponentes de la prensa internacional de referencia europea [The Guardian (Gran Bretaña) y La Repubblica (Italia)] y latinoamericana, Folha de São Paulo (Brasil), junto con dos diarios españoles de ámbito nacional (El País y ABC) . Consideramos prensa de referencia las cabeceras que por su especial implantación y prestigio en el mercado, generan lo que se denomina un efecto de arrastre en relación con el resto de los medios de comunicación, sean escritos o audiovisuales . De esta manera, muchos de los temas internacionales que se consideran de “interés público” en los países mencionados surgen de estos medios. La selección pretende verificar cómo se enfocó un tema doméstico de EE.UU. Pero, debido al peso de esta potencia en las alianzas geoestratégicas y en las economías de cada uno de los países contemplados, el Katrina constituye un excelente caso de estudio para examinar la imagen pública de EE.UU. y de su actual Gobierno a escala global.


Hemos escogido los países en relación a ciertos parámetros clave de sus relaciones exteriores con EE.UU. y que los convierten en aliados u opositores a la Administración Bush: el alineamiento político-militar explícitamente asumido (Gran Bretaña), la fuerte oposición de sus opiniones públicas a la ocupación de Irak (España e Italia) y la dependencia respecto a la economía norteamericana (Brasil). Como temas teóricos, abordamos la pertinencia de la distinción entre el modelo periodístico anglosajón, encarnado en el diario británico, y el modelo del sur de Europa, en el que se inscribirían el resto de los medios . Esto nos permite comprobar si los periódicos y sus profesionales desplegaron prácticas profesionales distintivas en la cobertura sobre el Katrina. Por otro lado, examinamos la relevancia del posicionamiento ideológico de los medios, reflejado en las líneas editoriales y en su orientación informativa (Scammel y Harrop, 1997; Sani, 2001). Todos los diarios, con la excepción de ABC ocupan en sus respectivos países (e, incluso, continentes) el espacio del centro izquierda que, supuestamente, se habría mostrado crítico con la forma en la que el Gobierno de G. W. Bush abordó la crisis.


Estipulamos como periodo de análisis un mes completo, desde el día del preaviso, el 28 de agosto de 2005, (ya que el huracán llegó a la costa el día 29 de Agosto), hasta el 28 de septiembre de 2005. Tras un análisis inicial de la cobertura mediática efectuada, establecimos tres periodos temporales, de tres días cada uno, donde se concentraban el mayor número de informaciones. Son representativos de otros tantos momentos que caracterizan las crisis internacionales: el anuncio o preaviso de la catástrofe, su clímax y la evaluación posterior de los daños y de la actuación de las autoridades. A cada una de estas tres sub-muestras estratégicas le corresponden determinadas preguntas que guían nuestro análisis.


1) ¿Cómo anunció la prensa la catástrofe: con qué expectativas y énfasis se recogió la información sobre la llegada del Katrina? Este periodo corresponde a la fase inicial de la cobertura de la crisis en los días 28, 29 y 30 de agosto.


2) Determinar el clímax informativo en los momentos de máxima tensión y densidad informativa sobre los efectos del huracán. Estas pautas se desarrollaron entre los días 3 y 5 de septiembre, cuando las dimensiones sociales, económicas y políticas aparecieron reflejadas de forma dramática; por el número de afectados y el debate sobre cómo se realizó la gestión humanitaria del problema, por la situación caótica de la región y los daños causados por la fuerza destructora del Katrina. Nos importa aquí, sobre todo, identificar cómo evaluó la prensa la gestión política del problema; en especial, los juicios sobre la oportunidad y la suficiencia de la respuesta institucional del Gobierno Federal.


3) En un tercer momento, comprendido entre los días 12, 13 y 14 de septiembre, se realizó la evaluación del efecto del Katrina sobre la región afectada. A partir del día 15, los medios empezaron a introducir el tema del huracán Rita en la agenda informativa, superponiéndolo al Katrina.


La selección de las piezas analizadas se realizó a partir de la palabra clave “Katrina”, siendo el huracán, sus efectos socioeconómicos y la respuesta gubernamental y de las agencias de ayuda humanitaria el tema principal (y no anecdótico) de las piezas periodísticas. Abarcamos en todos los periódicos los principales géneros (Informaciones / Editoriales/Opiniones) . Después codificamos el contenido central de cada pieza (Social/Económica/Política/Informativa) ; su valoración (Positiva/Neutral/Negativa) y su ubicación en las secciones del periódico (Internacional/Económica/Principal/Otros) . En las notas precedentes especificamos los criterios del manual de codificación y los índices de fiabilidad entre codificadores. La Tabla 1 recoge el peso de cada medio y de cada periodo temporal en la muestra. El análisis cualitativo completa el análisis de contenido clásico, aporta los marcos discursivos imperantes y nos provee ejemplos típicos de la cobertura de cada medio.

 

Tabla 1 - Unidades de análisis seleccionadas en El País, ABC, Folha de São Paulo, The Guardian y La Repubblica en el conjunto de la muestra.

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FUENTE: Elaboración propia.

 

Como observaciones generales sobre el volumen de información cabe destacar la alta concentración de noticias en el segundo periodo, que supera la suma de piezas publicadas en los otros dos periodos de análisis. Partiendo de un nivel de atención semejante, la mayoría de los medios (con la única excepción de La Reppublica, que obedece a factores políticos internos que explicaremos más adelante) la información aumentó significativamente en el segundo periodo: se multiplicó por cinco en El País, por 3 en La Folha y The Guardian y por 2 en ABC). En el siguiente periodo, el volumen de información ofrecida por los cuatro medios descendió en más de la mitad. Por tanto, podemos concluir ya que la prensa de referencia se centró en el impacto humano y la descripción del desastre humanitario.


Nos parece apropiado tomar prestado el título de la obra de Zygmunt Bauman (1999), consecuencias humanas, en su reflexión sobre la globalización. El ciclón tropical que empezó el 23 de Agosto de 2005 y terminó meteorológicamente el día 31 de Agosto de 2005, “no fue simplemente un desastre natural, si no un evento social” . Lo que ha sido definido por Michael Chertoff como “una de las peores catástrofes en la historia del país”, además de los daños materiales, dejó abiertas secuelas de orden social; sobre todo, si atendemos a los efectos de caos y desorden que generó en determinadas poblaciones locales. Momentos así marcan un antes y un después en la conciencia colectiva (de “efervescencia”, diría E. Durkheim), como marca de un estigma que señala para toda la vida a aquel que lo transporta. La dimensión de un acontecimiento como este, un “hecho social total”, cobra sentido al desplazarnos del epicentro del huracán y colocarnos en su rastro de destrucción. Así, un fenómeno natural desveló una ciudad (una nación, una superpotencia), poniendo al descubierto “sus perspectivas engañosas, donde toda cosa esconde otra”, como en algunas novelas de Italo Calvino. La inocente mano de la naturaleza habría sido la del niño del cuento de Hans Christian Andersen, el único en señalar que el rey iba desnudo. ¿Fue esa la imagen periodística del Gobierno Federal y de las autoridades de EE.UU?


En un contexto global, generador de consideraciones y reacciones múltiples sobre acontecimientos de gran impacto, los medios de comunicación generan esa misma realidad pública. Determinan la dimensión del fenómeno, su impacto y las imágenes (también públicas), de los actores sociales y políticos, en su dimensión nacional e internacional. En el caso que nos ocupa, establecimos tres hipótesis que desvelarían los enfoques de cada medio; de modo que su cobertura se habría distinguido según tres líneas arguméntales. Se inscriben en un tono crítico, dada la orientación ideológica que predomina en los medios de la muestra y podrían haber marcado de forma negativa la imagen pública del Gobierno de EE.UU., e incluso de la misma nación norteamericana.

 

H1: Los gobiernos conservadores, como el de EE.UU., reducen el ámbito del estado de bienestar, desprotegiendo los sectores de población mas desfavorecidos.
H2: El modelo político del Gobierno de Bush (precisamente, por su desatención de la ciudadanía menos acomodada) se erige en contraejemplo de la protección social que, supuestamente, caracteriza Europa.
H3: Existe un “tercer mundo” en Estados Unidos, donde las clases bajas han sido las más afectadas por los efectos devastadores del Katrina, dejando una imagen exterior negativa.

 

En suma, la aproximación comparativa que adoptamos busca respuestas a las siguientes cuestiones: ¿Se enfatizan la desigualdad y el racismo, como elemento socio-político imperante en los EE.UU.? ¿Prima la oposición EE.UU. vs. Europa? ¿Destaca la crítica al neoliberalismo en términos generales? Atendiendo a los rasgos nacionales y mediáticos que ya hemos presentado, presuponemos que la respuesta será diferente según:


1) El grado de dependencia y desarrollo económico respecto a EE.UU., mayor en el caso de Brasil que en el resto de países de la muestra y que comparte con el resto de países de América Latina.
2) El alineamiento geoestratégico y bélico con EE.UU. (Gran Bretaña) y la oposición de las opiniones públicas mediterráneas (España e Italia) a la política exterior norteamericana. Dicha división encontraría su correlato en estilos periodísticos diferenciados: el anglosajón y el latino.
3) Constatada la pertinencia de los modelos anteriores, examinamos el peso del eje ideológico, centro derecha y centro izquierda, con mayor influencia en el modelo latino y que contrastaremos al analizar en paralelo ABC y El País.
Intentando dar respuesta a estos tres puntos, ordenamos la presentación de nuestros resultados.


2.- LA COBERTURA DEL KATRINA EN LATINOAMÉRICA Y EUROPA

En este epígrafe nos centramos en los rasgos que caracterizan al periódico brasileño y luego lo comparamos con sus homólogos europeos, con los que comparte una misma orientación editorial e ideológica.

 

2.1. La cobertura en La Folha de Sao Paulo.

El análisis de la Folha de Sao Paulo se debe a su considerable influencia en la formación de la opinión pública brasileña; sobre todo, en lo que respecta a los temas internacionales. La vecindad continental de Brasil y la dependencia de su economía respecto a la de EE.UU. nos permite utilizarlo como medio de comparativo con la prensa de referencia europea. El análisis evidencia varias cuestiones. La primera afecta al debate sobre la fiabilidad de las fuentes oficiales norteamericanas y, por extensión, pudo haberse reproducido en el resto de los medios. La presencia del enviado especial de la Folha marcó un punto de inflexión en el tono de la cobertura e, incluso, un debate interno en el medio. Por otra parte, destaca la diferencia entre la cobertura periodística brasileña y la europea en relación a los temas económicos relacionados con la catástrofe.


El periodismo afronta dos retos en la construcción de la noticia: obtener la información, concediendo acceso o cobertura a determinadas fuentes y verificar su fiabilidad. Los periodistas necesitan fuentes habituales y legitimadas para establecer la agenda pública. Pero la economía en los recursos y el tiempo de búsqueda de las noticias, propicia una dependencia de dichas fuentes que podría resultar excesiva, dañando la veracidad y la independencia informativas del medio . Este dilema ocupó un lugar destacado en el periódico brasileño, reflejando un nivel de auto-reflexividad crítica muy significativa.


El inicio de la cobertura de la destrucción provocada por el huracán Katrina fue criticada por el Ombudsman o Defensor de la Folha de Sao Paulo . Durante los días iniciales, el periódico firmó las noticias proporcionadas por las agencias internacionales como si estas hubiesen sido escritas por el enviado especial, Pedro Dias Leite, movilizado para cubrir los hechos in situ. Éste, sin embargo, no había podido todavía recabar información propia y sus supuestas crónicas suscribían el tono imperante en los despachos de las agencias internacionales (con base en EE.UU.) y los “suministros informativos” oficiales de las fuentes del Gobierno en la capital norteamericana. Eso condicionó una visión equivocada sobre la destrucción real causada por el huracán. La pieza periodística titulada “Katrina mata a otros cinco en el sur de los EUA”, publicada en el día 30 de Agosto, ilustra la falta de fiabilidad de la información cuando no puede ser verificada.


(…) Así, la gran tragedia anticipada por las autoridades en Nueva Orleáns no ha sucedido, y la atención se centra en los daños económicos. Mas allá de eso, la recomendación ha sido que, debido a las inundaciones, los habitantes esperasen una semana antes de regresar. (FSP, 30 Agosto de 2005).

 

La perspectiva oficial, que inicialmente primó el desastre económico provocado por el huracán sobre su impacto social, explica que los temas económicos resulten los más significativos en el primer periodo analizado (Gráfico 1). En añadidura, el marco discursivo económico se explica por la fuerte dependencia de la economía brasileña respecto a los EE.UU. y los intereses empresariales de las elites brasileñas que siguen la información internacional a través de este medio.

 

GRÁFICO 1 - Porcentaje de temas en Folha de S. Paulo según periodo temáticos en el conjunto de la muestra.


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FUENTE: Elaboración propia.


El significativo aumento de las piezas periodísticas sobre temas sociales, con un 46,5% en el 2º periodo está relacionado con la llegada del enviado especial y del desplazamiento del su corresponsal fijo en Washington a las áreas afectadas por el huracán. El refuerzo de los medios propios de la Folha conllevó también el aumento sustancial de las piezas con un enfoque negativo en los dos últimos periodos de análisis, sobre todo en el del clímax de la crisis. (Tabla 2)


Tabla 2 - Valoración de la cobertura sobre el Katrina según Periodos temáticos en la Folha de S. Paulo en el conjunto de la muestra.


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FUENTE: Elaboración propia.

 

Atendiendo al Gráfico 1, verificamos que las piezas que contienen temas puramente informativos en los tres periodos analizados es superior a las contienen temas políticos. El periódico intentó rentabilizar la inversión en el desplazamiento de sus profesionales y acercar la tragedia norteamericana al público brasileño. La cobertura se centró en reportajes que contenían informaciones sobre los brasileños que vivían en las áreas afectadas, tal como muestra la noticia “Itamaraty” dice no tener acceso a la brasileña aislada”

 

(…) El Itamaraty divulgó ayer una nota de prensa para explicar la situación de la brasileña Wanda Campos, aislada en un apartamento en el barrio francés en Nueva Orleans. En un reportaje publicado ayer en la Folha, Campos dijo que estaba encarcelada, con miedo de asaltantes e invasiones, realizando una petición de rescate al presidente Lula (FSP, 4 septiembre 2005)

 

Los reportajes que trataron temas sociales y políticos revelaron la imagen del Gobierno de EE.UU. en relación a la tragedia. En el segundo periodo temporal se publicó el editorial titulado: “Tragedia americana”. Contenía fuertes críticas a la Administración federal y relacionaba el grave problema de seguridad al que se enfrentó la población afectada, con los esfuerzos bélicos en Oriente Medio. Tras establecer una comparación explícita entre EE.UU. y alguno los países del “tercer mundo” más “miserables”, achacaba la crisis de inseguridad a la ausencia de la Guardia Nacional, destinada en su gran mayoría en Irak:

(…) Las imágenes de los escombros, de los flagelados por la desesperación y de los muertos, evocan mucho más a Bangla Desh -o cualquier otro punto miserable de tercer mundo- que a los EE.UU., la potencia más rica y poderosa del planeta (…). Las autoridades federales en particular se mostraran incapaces de proveer con urgencia, víveres y seguridad a las áreas duramente afectadas. La lentitud de la respuesta ha sido – y continúa siendo – exasperante. Para empeorar un poco más el panorama, parte de las Guardias Nacionales, que tienen por costumbre actuar en esas horas, están sirviendo en Irak, lo que pudo haber agravado el problema de la seguridad (FSP, 3 septiembre 2005)

Otra crítica, también presente en el editorial, se relaciona con el perfil económico y social de la población de esas áreas, con las fallidas evacuaciones planificadas por los poderes públicos. El solapamiento entre clase social baja y ciertos grupos étnicos fue esgrimido como razón de la desatención oficial. La marginación racial y la pobreza se expresaron como síntomas del olvido oficial.

 

(…) La dificultad parece haber sido la precaria distribución de la renta. Quedaron los negros y los hispanos – esto es, los más pobres. Convertidos ahora en las principales víctimas (FSP, 3 septiembre 2005).

 

La crítica realizada por el periódico a la ocupación norteamericana de Irak apareció de forma más contundente en la columna de opinión “Nova Orleáns, Haiti”, firmada por Demetrio Magnoli. El título establecía esta vez el paralelismo entre EE.UU. y el país más pobre de Latinoamérica (donde además participan las tropas brasileñas en misión humanitaria de la ONU, otro elemento de proximidad con los lectores). Una vez más se comparaban las acciones bélicas en Irak con las que fueron tomadas durante la tragedia. El columnista denunciaba que la logística militar, desplegada en la celérica toma de Bagdad, frente fuerzas hostiles y tormentas de arena, fue, sin embargo, incapaz de salvar a los ciudadanos más pobres de Nueva Orleáns. Concluía con una crítica de índole político-cultural, con descalificativos de orden casi civilizatorio contra EE.UU.

 

(…) Frente al huracán Katrina, el Gobierno americano sólo ha conseguido alertar a los propietarios de automóviles para que abandonasen la ciudad. Bastante después del desastre, desplazó desde Irak fuerzas militares con la prerrogativa de disparar contra las bandas que actúan con plena libertad en la ciudad desamparada. Nueva Orleáns es un diagnóstico sobre el sentido de una vergonzosa opción histórica: los EE.UU. saben matar, pero no proteger la vida (FSP, 3 septiembre 2005).

Los reportajes publicados por los periodistas de la Folha, una vez se hubieron desplazado a las ciudades afectadas, siguieron la línea editorial crítica del periódico. Desaprobaron las acciones tomadas por el Gobierno federal y describieron la dramática situación que la población estaba viviendo. Buen ejemplo de ello es la noticia titulada “Exhaustos, los refugiados llegan a Tejas”, retratándolos en el momento de su llegada a los nuevos lugares de residencia.

(…) A primera vista, la multitud que rodea el Astrodome – el gran estadio de la tejana Houston – parece llegar para un partido de fútbol. Son familias, amigos charlando, jóvenes con móviles, (…) mirando de cerca, se percibe la dimensión de la tragedia provocada por el Katrina: son refugiados, desprendiendo el olor característico de días sin baño, sin maletas, sin mochilas – pocos han conseguido salvar algo (FSP, 3 septiembre 2005).

En el último periodo de análisis - cuando el enviado especial ya había regresado a Brasil y el corresponsal fijo a Washington - las críticas al Gobierno norteamericano mantuvieron un tono elevado. Todas las noticias relacionadas sobre con el debate político que evaluaba la respuesta de las autoridades recabaron un enfoque negativo, desvelando incluso las estrategias de externalización de responsabilidades realizada por el Gobierno federal. Así se aprecia en la información sobre la siguiente amenaza metereológica, titulada: “El huracán Ofelia pierde fuerza, pero amenaza EE.UU.”:

 

(…) las imágenes de millares de personas esperando ayuda para salir de Nueva Orleáns junto al estadio Superdrome, todavía se repiten en las emisoras televisivas. La estrategia de la Casa Blanca ha sido transferir parte de las responsabilidades por la atención a las víctimas a los gobernadores y alcaldes, lo que ha sido repudiado por senadores y diputados tanto republicanos, del mismo partido de Bush, como demócratas, de la oposición (FSP, 12 septiembre 2005).

Considerando todo el periodo de estudio, podemos afirmar que la cobertura realizada por La Folha resultó muy crítica con el Gobierno presidido por G. W. Bush. Las informaciones que trataban temas políticos respondían en un 89% a un enfoque negativo, porcentaje que se acercaba a las de temática social (77%):

 

Tabla 3 - Valoración según contenidos temáticos en la Folha de S. Paulo en el conjunto de la muestra.


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FUENTE: Elaboración propia.

 

La fuerte dependencia económica de Brasil respecto a EE.UU. se reflejó en la gran cantidad de noticias económicas con un enfoque neutro (92%). Pero si hubiésemos considerado las referencias a las consecuencias del huracán Katrina en la economía brasileña, muchas informaciones sobre el impacto económico podrían ser consideradas como positivas, como en la noticia “El dólar cae un 1,35% con especulación sobre Fed”:

 

(…) Las especulaciones en el mercado internacional sobre la posibilidad de la Federal Reserve (Banco Central Americano) rompen la trayectoria de alta cotización, después del paso del huracán Katrina por los EE.UU., beneficiando los países en vías de desarrollo. Si los títulos americanos rinden menos, los emergentes se vuelven más interesantes. Ese movimiento hizo que el índice de riesgo de los países latinoamericanos cayese ayer (FSP, 3 septiembre 2005).

 

El posible beneficio para el mercado latinoamericano y, en concreto, el brasileño después del paso del Katrina aparecía de manera aún más evidente en la noticia “El huracán Katrina eleva la demanda de productos brasileños”. Al alza de los títulos de valores nacionales se añadía el posible incremento de importaciones norteamericanas en sectores estratégicos para Brasil y otros países emergentes.

 

(…) Los efectos del huracán Katrina, que ha afectado esta semana el sur de EE.UU., deben elevar la demanda de productos brasileños y las cotizaciones en el mercado. La subida en el precio de commodities agrícolas – que vieron perjudicadas su producción o que se perdieron en los Estados Unidos debido al desastre – debe, en consecuencia, ayudar el agricultor brasileño (FSP, 4 septiembre 2005).

 

2.2. Comparación entre Latinoamérica y Europa.

 

Al comparar la cobertura de la Folha de S. Paulo con los periódicos El País, The Guardian y La Repubblica, una vez más se demuestra la fuerte dependencia económica de Brasil en relación al mercado norteamericano. Un 31% son informaciones de este tipo (Tabla 4), de las cuales una cuarta parte fueron publicadas en el cuaderno, o sección económica, Dinheiro . Era este el tema único en las noticias analizadas y todas arrojaban un enfoque de tipo neutro.

 

Tabla 4 - Porcentaje de temas en Folha de S. Paulo, El País, The Guardian y La Repubblica en el conjunto de la muestra.
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FUENTE: Elaboración propia.

 

En perspectiva comparada con los periódicos europeos de centro izquierda, verificamos que las noticias publicadas con temas sociales han sido las que han tenido un mayor porcentaje en todos los periódicos, copando en el italiano La Repubblica un 60%, en The Guardian un 53%, en la Folha de S. Paulo un 49% y en El País un 47%.


La cobertura de El País presentó el mayor porcentaje con enfoque de tipo negativo, con un 61%, mientras que La Repubblica, publicó un 35% con ese tipo de enfoque (Tabla 5). En la misma línea, podemos afirmar que la cobertura del periódico español ha sido la más crítica respecto al Gobierno de EE.UU., ya que un 94% de sus noticias políticas valoraban de forma negativa la gestión federal:


Tabla 5 - Valoración de las noticias en Folha de S. Paulo, El País, The Guardian y La Repubblica en el conjunto de la muestra.


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FUENTE: Elaboración propia

Otro dato que despierta la atención es la proximidad de las líneas editoriales de la Folha de S. Paulo y de El País, pese a las diferencias en el tratamiento de los temas económicos que hemos justificado antes. Las informaciones con contenidos sociales y descriptivos arrojaron casi el mismo porcentaje en la cobertura. De igual manera, ambos periódicos desplazaron dos periodistas a las áreas afectadas por el huracán Katrina.


Una vez más se demuestra que la presencia de enviados especiales en las regiones afectadas, como testigos de los acontecimientos y sin depender de agencias, varía la cobertura periodística. Tanto en The Guardian como en La Repubblica, que sólo enviaron sus corresponsales de Washington a las áreas afectadas, las noticias sociales recibieron una valoración de tipo neutral, 57% en ambos casos. Por otro lado, el enfoque negativo manifiesta mejor el posicionamiento ideológico de los distintos medios: se redujo al 42% en el periódico inglés y al 43% en el diario italiano. Mientras que en las publicaciones españolas y brasileñas la valoración negativa alcanzó, respectivamente, un 69,5% y un 77% en el brasileño.

 

3.- LA PRENSA DE LA EUROPA DEL EJE ATLÁNTICO Y MEDITERRÁNEA


Realizamos en este apartado un análisis de la prensa europea basándonos en los periódicos de referencia internacional de tres países distintos: Italia, España y Gran Bretaña (donde suplimos la ausencia del dominical de The Guardian con la edición de The Observer). Podemos reunir estos tres estados en dos grupos diferenciados por sus características. Los dos primeros son países que a pesar de estar (Italia) o haber estado (España) aliados con los Estados Unidos en la invasión de Irak, han tenido una opinión pública fuertemente contraria y movilizada contra este conflicto. Este movimiento pacifista se mezcla con un antiamericanismo, latente o manifiesto, por parte del electorado que encuentra su referencia política en los partidos de izquierda.


Por otro lado, consideramos el principal aliado de Estados Unidos, Gran Bretaña, donde la alianza transatlántica tiene un peso, si cabe aún mayor, que las alianzas continentales; es decir, que con la Unión Europea. Los efectos políticos que podría haber tenido la gestión de una crisis de tal magnitud, podrían haber afectado directamente la política británica. La posible pérdida de popularidad del presidente G. W. Bush por su política interior, tendría efectos inmediatos en el consenso internacional (y, sobre todo, británico) con su política exterior. Cuestionar su gestión del huracán Katrina significaría cuestionar su posición de líder en la alianza anglo-americana que combate en Irak y, de hecho, pondría en duda su capacidad de convencer a la opinión pública, más aún en el caso de España e Italia, para apoyar el conflicto y, en general, la Guerra Global contra el Terrorismo decretada por el Pentágono.

 

(…) Esto ocurrió en un momento en el que el Presidente ya estaba herido por Irak. (…) Creo que va a perder su apoyo fundamental. En términos de su legado, él no fue capaz de alcanzar la referencia que estableció para el liderazgo de las crisis después del 11-S. (John Zogby, The Observer, 4 septiembre 2005).


La razón esgrimida por el comentarista inglés nos remite a la posibilidad de que un fracaso interno que afectase al liderazgo de G. W. Bush en su política internacional tendría repercusiones inmediatas en la política exterior del gobierno de Tony Blair. Además, en un sentido más amplio, la idea general de la prensa inglesa fue que los ciudadanos tendrían que enfrentarse, antes o después, con las consecuencias de una crisis política en EE.UU.

 

(…) Enfrentado con una insurgencia despiadada, la opinión pública americana se está debilitando a medida que crece la distancia entre la realidad y los objetivos. Después del Katrina, la cuestión no es si los EE.UU. empezarán a retirarse, sino cuándo, cómo y, sobre todo, con qué daños. Políticamente, esto puede ser inevitable e incluso deseable – pero todos vivimos con las consecuencias. (Editorial, The Guardian, 12 septiembre 2005).


Otro elemento que diferencia Gran Bretaña respecto a España e Italia, es la proximidad cultural con Estados Unidos. Por afinidad lingüística y cultural, los periodistas ingleses accedieron directamente a la prensa estadounidense participando del debate público que se desarrollaba en el mismo lugar de la tragedia. Junto a los artículos de los reporteros y corresponsales ingleses, encontramos columnas de opinión firmadas por editorialistas del New York Times (es el caso de Todd Gitlin) o referencias directas a la prensa americana. De los tres periódicos europeos, The Guardian concede más presencia al tema del Katrina, tanto en las noticias como en los artículos de opinión y editoriales (las noticias de The Guardian son 64, frente a las 49 de El País y las 23 de la Repubblica). Pero la diferencia con The Guardian no estriba sólo en la cantidad de informaciones, sino también en la diversidad de los temas tratados en su cobertura.

 

3.1 Énfasis temático


Los aspectos que cubrió la prensa europea (y que condicionaron el debate público y el discurso crítico con la Administración norteamericana) dependieron de las distintas áreas geográficas. El tema más presente y más subrayado en todos los periódicos, tanto en Inglaterra como en España e Italia, fue la cuestión de la discriminación social y de raza. Este solapamiento descubriría el lado más criticable de la sociedad americana y evidenciaría las contradicciones de un modelo de desarrollo en el que el bienestar de las clases medias convive con situaciones de extrema pobreza:

 

(…) Los acontecimientos en la costa del Golfo de Méjico a continuación del huracán Katrina han sido una metáfora de la cuestión de la raza en los EE.UU. La población predominantemente negra de Nueva Orleáns, junto con un gran número de blancos pobres, fue abandonada a nadar o hundirse. (…) (Gary Younge, The Guardian, 5 septiembre de 2005).

 

En algunos casos las críticas al Gobierno Federal se transformaron en una crítica más amplia que llegaba a alcanzar al sistema americano y su papel de referencia, “guía de Occidente.

 

(…) Esta catástrofe natural, además de destechar miles de casas, ha descubierto a los ojos de América y del mundo entero una realidad social de desigualdad extrema, de degradación extrema. Ha evidenciado la fragilidad profunda del país guía de Occidente y de los valores que quiere exportar y de los cuales se siente depositario, que al final resultan claramente traicionados y ausentes en su misma casa. (…) (Eugenio Scalfari, La Repubblica 4 septiembre 2005).

A causa del ya citado vínculo de Inglaterra con la política exterior americana, la prensa británica analizada se distingue de El País y La Repubblica por tratar distintos temas. La falta de capacidad en la gestión del huracán Katrina se ve continuamente vinculada con la guerra de Irak y la consecuente reducción de efectivos para socorrer la población civil.

 

(…)Y a Bush se le pedirá que explique por qué miles de Guardias Nacionales de Luisiana no estaban disponibles para ayudar a alimentar, proteger y evacuar a los ciudadanos de Nueva Orleáns porque estaban en… Irak. (Todd Gitlin, The Observer, 4 septiembre 2005).

 

Mientras que en periódicos como El País se hace alguna comparación del huracán con el desastre del Tsunami, en la prensa británica la tragedia que más se evoca, en relación con la catástrofe del Katrina, son los atentados contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre. La alianza bélica con EE.UU. se impone como referente del marco discursivo dominante en las piezas con contenido político.

 

(…) La vulnerabilidad expuesta en el 11-S fue una cosa. La lucha en Irak – donde América se ha convertido en un Gulliver, atado – fue otra. Pero ahora el gigante ha sido golpeado de nuevo, su punto débil expuesto. Cuando los cadáveres flotan en las calles durante cinco días, la nación indispensable parece una sociedad que no puede cuidar de sí misma. (The Guardian, 5 septiembre 2005)

 

(…) Escenas que han obligado a América a su momento más profundo de introspección nacional desde el 11-S, que han obligado a preguntar: ¿cómo ha podido ocurrir esto a una ciudad de EE.UU.?, y ¿por qué las unidades de ayuda funcionaron tan mal? (The Observer, 4 septiembre 2005)

 

El tema del 11-S imprime también un claro sesgo en las noticias de índole social. Según estas, el paso del Katrina habría evidenciado también la distinta reacción de la misma Administración Federal respecto a las dos crisis: la primera, ocurrida en Nueva York, el corazón de la América blanca de clase media, y la segunda, que afectó a la parte más pobre de la América negra del Golfo de México.

 

(…) Si este huracán hubiese golpeado un barrio blanco, de clase media, en el noreste o en el suroeste, su respuesta habría sido mucho más fuerte. (…) La respuesta al 11-S fue contundente e inmediata y la gente sabía qué hacer; y la recuperación, excepto la restitución de la propiedad, no ha sido algo carente de milagroso. Mirando lo que ocurre ahora se puede ver la diferencia. (The Observer, 4 septiembre 2005).


La popularidad de G. W. Bush durante la crisis fue otro de los temas muy presente en los artículos de The Guardian, que subraya constantemente el profundo significado político de esta tragedia humanitaria y la falta de capacidad en su gestión.

(…) Francamente, la administración Bush parecía un poco inestable en su responsabilidad para tomar el control de la situación, luego está claro que el desastre humanitario del Katrina es también una crisis política para el Presidente. (Citación de New York Post, Editorial, The Observer, 4 septiembre 2005).


3.2.- El modelo liberal y el modelo pluralista polarizado


Consideramos pertinente enfocar el análisis del impacto mediático del huracán Katrina estableciendo una comparación entre los distintos modelos periodísticos que destacan en el panorama de la prensa europea tomada como referencia. Según la obra de Hallin y Mancini (2004) podemos dividir estos periódicos en dos modelos periodísticos: el pluralista polarizado, que corresponde a los países mediterráneos y que está representado por la prensa española y italiana; y un modelo periodístico liberal, referido a los países del Atlántico Norte, representado en este estudio en Gran Bretaña. En particular, centraremos nuestra atención sobre una característica distintiva de los dos modelos: la polarización política en la cobertura informativa y la separación clara entre opinión y noticias. Por eso tomamos como referencia los periódicos que comparten una misma línea editorial y se refieren a grupos de lectores alineados con los partidos europeos de centro izquierda. Primero nos ocupamos de la valoración de las noticias políticas, de las diferencias en el flujo de información publicada y, por último, del tono crítico imperante en los dos modelos periodísticos.

 

- Valoración política de la catástrofe


El huracán Katrina y su gestión por parte del gobierno G. W. Bush, además de haber tenido un enorme impacto mediático como catástrofe humanitaria, evolucionó hasta transformarse en la prensa internacional en un importante caso político. Del análisis se desprende la impresión de que esta crisis comportó un verdadero desastre mediático para la Administración Federal norteamericana.

 

Las tormentas que soplaron a lo largo del Golfo de Méjico la semana pasada, también engolfaron (sumieron) al Presidente G. W. Bush mientras luchaba por hacer frente a la catástrofe: el huracán y las inundaciones que le siguieron y la ruptura social que grandes números de norteamericanos entendieron no sólo como algo natural, sino también político (Todd Gitlin, The Observer, 4 de septiembre de 2005).

 

La crítica al gobierno de G. W. Bush del columnista de The New York Times, que recogió la prensa británica, se reflejó en las noticias, artículos de opinión y editoriales de los medios homólogos en Europa; al menos en los que compartían una línea editorial de centro izquierda. Sin embargo, se perciben dos modelos periodísticos diferenciados; si consideramos el volumen de información y su tono valorativo.

 

- Distribución de las noticias


La desigual presencia de las informaciones en las secciones de los periódicos responde a varios factores que conciernen a elementos propios de cada país como la política interior y exterior, la afinidad cultural o el modelo periodístico. El medio que brinda más cobertura es, como ya hemos señalado, The Guardian (64 piezas). Se explica por su proximidad cultural y lingüística y por estar involucrado militarmente en Irak como aliado principal de EE.UU. El País se mantiene a poca distancia con 49 piezas, emprendiendo noticias informativas, artículos de opinión y editoriales.


En el extremo puesto se sitúa La Repubblica, donde encontramos una cantidad muy exigua de noticias, sólo 23. Este dato – casi un tercio o la mitad de información que en los otros dos diarios - resultaría explicable al considerar la particular situación política que vivía Italia cuando el Katrina azotaba el Golfo de México. El presidente del Banco de Italia, Antonio Fazio, acababa de ser acusado de abusos en el desempeño de su cargo para beneficiar sus negocios privados. Este escándalo produjo un enfrentamiento directo de Fazio con el Ministerio de Economía, elevando el nivel del debate político de manera que se llegó, en pocas semanas, a la dimisión del Ministro de Economía, Siniscalco y a la retirada del apoyo institucional al Presidente Fazio por parte del jefe del Gobierno, Silvio Berlusconi.

 

Esta situación de crisis institucional interna explica las razones de una cobertura mediática tan escasa como la concedida a la crisis humanitaria y política desatada por el huracán Katrina. Además, el contexto se entiende mejor si se enfoca desde el punto de vista de un sistema político tan polarizado como el italiano, y si se relaciona con un modelo periodístico acostumbrado a focalizar gran parte de la atención del debate público en cuestiones de política interior.

 

- Valoración de las noticias


La primera confirmación que ratifica la posibilidad de agrupar El País, La Reppublica y The Guardian en una misma línea editorial, el centro-izquierda, la encontramos en la ausencia total de valoraciones positivas respecto a las actividades de la Administración dirigida por G. W. Bush. En todas las noticias, artículos de opinión y editoriales la valoración oscila entre el valor negativo y el valor neutro, con algunas variaciones según los distintos modelos periodísticos. Respecto a los tres periodos que hemos seleccionado (alarme, clímax y consecuencias) podemos comprobar que la distribución de noticias con valor negativo sigue en un mismo desarrollo, como muestra el grafico.

 


GRÁFICO 2 - Distribución de las noticias negativas según periodos temporales en El País, La Repubblica y The Guardian


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FUENTE: Elaboración propia


En el primer periodo, la casi totalidad de las noticias (con la única excepción del caso italiano), tienen una valoración neutra, hasta llegar al segundo bloque donde las informaciones negativas aumentan considerablemente. En el tercer bloque temporal las noticias con valor negativo vuelven a descender y la valoración política se hace más neutral: a causa de la disminución del nivel de alarma, se rebajan los contenidos críticos.


El clímax concentra, de hecho, el nivel de atención máximo de los medios y es justo allí donde la crítica política contra el gobierno G. W. Bush se hace más evidente y donde son más presentes los artículos de opinión y los editoriales. Por esta razón resulta interesante centrar la atención en el periodo central, donde las características propias de los modelos periodísticos, el anglosajón y el mediterráneo, se manifiestan con mayor claridad. Comparando la distribución de las noticias negativas y neutras, sólo en el periodo de la crisis más álgida podemos destacar, de manera contundente, algunas de los rasgos principales del modelo periodístico liberal (The Guardian) respecto al modelo pluralista polarizado (El País y La Reppublica).

 

GRÁFICO 3 - Valoración de las noticias en El País, La Repubblica y The Guardian según el conjunto de la muestra.


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FUENTE: Elaboración propia


Como recoge el Gráfico 3, en el modelo de los diarios del sur de Europa el porcentaje de noticias negativas resulta mucho más alto que en el modelo periodístico liberal, que encarna el medio británico; cuya distribución de noticias negativas y neutras se acerca al equilibrio del 50%.


En los países mediterráneos la subida de nivel del debate político corresponde con un aumento de la polarización del discurso público, debido a las características propias de los sistemas mediáticos, fuertemente vinculados a las posiciones de los partidos políticos. Nos referimos a un tema – la imagen del Gobierno de EE.UU. – que tanto en España como en Italia (y más aún con la participación bélica de ambos países en Irak) constituye un eje dialéctico básico entre el centro-derecha y el centro-izquierda. En el modelo liberal, aunque la prensa británica analizada presente en este caso un grado de polarización bien visible, el discurso aparece mucho más equilibrado.


Como recogía alguna de las citas, el Katrina podría ser considerado en Gran Bretaña como un punto de inflexión en el liderazgo (interno y externo) de EE.UU. y de su Presidente. De ahí el leve predominio del tono negativo en The Guardian. Pero la diferencia fundamental reside en el concepto de objetividad típico de la prensa anglosajona, que implica la separación clara entre hechos y opiniones. Al contrario, en el modelo latino la narración de los acontecimientos se mezcla muchas veces con los juicios personales de los periodistas y las noticias resultan viciadas por un enfoque político o, más bien, partidista.


De hecho, aunque los artículos de opinión y los editoriales de The Guardian presenten críticas considerables y una valoración negativa en la totalidad de los casos, la continua presencia de noticias informativas con enfoque neutral y de reportajes, permite una distribución más equilibrada del discurso crítico. En el siguiente epígrafe, al centrarnos en las diferencias entre los dos diarios españoles de referencia, del centro-derecha (ABC) y del centro-izquierda (El País), profundizaremos en los rasgos de la polarización mediática mediterránea.

 

4.- EL KATRINA COMO OBJETO DE POLARIZACIÓN IDEOLÓGICA EN LOS MEDIOS ESPAÑOLES.

 

Analizamos ahora el tratamiento informativo y la imagen que El País y ABC proyectaron de EE.UU. durante esta catástrofe. Su elección se debe principalmente a dos rasgos: uno común, ambos son prensa de referencia en temas de política internacional y otro que los distingue, sus líneas editoriales siguen pautas ideológicas opuestas. Sus diferentes posiciones ideológico-editoriales aportan variaciones al tema analizado, condicionando la visión e imagen del mismo. El País se caracteriza por una postura ideológica liberal-progresista, afín a las posturas del PSOE y crítica con el Partido Popular. Además de ello se distingue por su tendencia europeísta y socialdemócrata. Por otra parte, ABC es un diario monárquico, conservador y católico por excelencia, claramente posicionado en contra de los partidos de izquierda .


En el caso del tratamiento informativo del huracán Katrina y la posterior gestión de la crisis, podemos partir de la hipótesis de que los dos medios españoles adoptaron en sus informaciones la misma posición que los partidos políticos más afines. Especial relevancia cobraba la imagen del Gobierno de EE.UU., debido al alineamiento bélico del Partido Popular y, más en concreto, del ex - presidente J. M. Aznar con el Presidente G. W. Bush. Los posteriores ataques del PP al Gobierno socialdemócrata salido de las urnas el 14 de marzo de 2004, por la retirada de las tropas españolas ocupantes en Irak y las alianzas con potencias “menores” y de dudosa “legitimidad democrática” (en especial, Cuba y Venezuela), subrayarían aún más la imagen de EE.UU. como elemento de polarización mediático-partidista en clave internacional y doméstica.


En total recabamos 82 unidades de análisis, 49 en El País y 33 en ABC. En buena lógica, el medio más crítico con EE.UU. dedica más informaciones al tema seleccionado. Pero en ambos diarios fue el segundo periodo de análisis (del 3 y al 5 de septiembre), en los días inmediatos al impacto del huracán en la costa, cuando el Katrina recabó mayor atención en los dos periódicos analizados.

 

GRÁFICO 4 - Distribución de las noticias por periodos en El País y ABC en el conjunto de la sub-muestra española.


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FUENTE: Elaboración propia


Del total de noticias seleccionadas, dos temáticas se impusieron con claridad en cada uno de los medios. En el caso de El País, las noticias sociales (47%) superaron a las políticas (33%), a las informativas de los acontecimientos (26%) y a las económicas (12%). Sin embargo, en ABC el predominio se repartió entre las noticias políticas (48%) y sociales (39%), frente a las económicas (27%) y las informativas (18%).


GRÁFICO 5 - Porcentaje de temas en El País y ABC en el conjunto de la muestra.


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FUENTE: Elaboración propia

 

Para obtener una visión más general del tratamiento informativo realizado por los dos periódicos, es necesario considerar la valoración del Gobierno de EE.UU. en los tres periodos temporales que contemplamos. Al comienzo, ambos medios adoptaron una valoración neutra. En el segundo bloque temporal El País acrecentó sus críticas, enfatizando una visión negativa de la reacción y las medidas adoptadas por las autoridades federales; en el último periodo, disminuyó el tono crítico al abordar el desenlace de la crisis. La pauta de ABC reveló un enfoque neutro (nunca inferior al 70% de los contenidos que ofrecía) durante todo el seguimiento de la catástrofe. A pesar del incremento de las piezas negativas, en los periodos del clímax de la catástrofe y su resolución, el porcentaje de contenidos críticos nunca alcanzó el 30%. Sorprende que la evaluación de la respuesta del Gobierno de G.W. Bush resulte, en estos dos últimos periodos, independiente de la fase de desarrollo de los hechos y de las actividades desplegadas por las distintas administraciones.

 

TABLA 6 - Valoración de la cobertura sobre el Katrina según periodos temáticos en El País y ABC en el conjunto de la submuestra española.


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FUENTE: Elaboración propia

Para concluir con esta panorámica general, importa combinar la valoración del Gobierno de EE.UU. y los periodos temáticos seleccionados. Partimos de que en El País se impuso la valoración negativa, frente a ABC, donde predominaron los contenidos neutros. Las diferencias se acrecientan cuando se trata de informaciones sociales y políticas, donde los puntos discordantes y las perspectivas entre los dos medios se vuelven antagónicos. Especificaremos las pautas propias de cada medio, respecto al impacto del Katrina en la población y sobre la gestión gubernamental de la crisis, cuando repasemos su posicionamiento en las tres fases temporales señaladas. En el caso de las noticias económicas y las informativas, las diferencias no están tan marcadas.


Es reseñable la aproximación de los dos periódicos en el tratamiento de las noticias de contenido económico. Si bien es cierto que en ABC existe una noticia positiva en la que destaca la rápida respuesta del presidente G. W. Bush a la hora de conceder subvenciones a las zonas afectadas, ambos medios retratan de una manera neutra y descriptiva las consecuencias nefastas para la economía norteamericana tras el paso del huracán. En dichos contenidos no se valora la influencia de las actividades gubernamentales antes y después de la catástrofe, limitándose a desarrollar una visión superflua y muy diferente de la que identificamos en la Folha de S. Paulo.

 

GRÁFICO 6 - Valoración de la cobertura sobre el Katrina en El País y ABC en el conjunto de la submuestra española.
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FUENTE: Elaboración propia


4.1 Previsión y llegada del huracán.

Atendiendo al número total de informaciones relacionadas con la llegada del huracán a las costas del Golfo de Méjico (28-30 de agosto), percibimos similitudes en la valoración de ambos periódicos sobre los momentos previos a la catástrofe. Así, las pocas noticias que encontramos en los días anteriores se centraron en informar sobre la posible trayectoria del huracán, indicando qué partes se preveía que serían las más afectadas y cuáles eran las medidas gubernamentales que se estaban tomando para evitar una tragedia. Abundan, por lo tanto, declaraciones científicas e institucionales, del Centro Nacional de Huracanes y de las diferentes administraciones encargadas de prevenir o paliar el posible impacto del huracán. En ambos periódicos, prevalecieron piezas de tipo descriptivo. Las valoraciones no están tan polarizadas como en los periodos temporales posteriores donde destacaron otro tipo de temas, tal como indican los siguientes ejemplos:

(…) El alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, declaró ayer que en breve se tomaría una decisión sobre qué zonas de la ciudad deben evacuarse (El País, 30 agosto 2005)

 

(…) G. W. Bush ha recalcado la gravedad de esta amenaza meteorológica, comprometiéndose a emplear todos los recursos del Gobierno federal y las necesarias ayudas a la población (ABC, 29 agosto 2005)

 

(…) Un total de 21 instalaciones petroleras cerca de las costas de Nueva Orleáns fueron evacuadas ante la perspectiva del azote del huracán (ABC, 28 agosto 2005).

 

(…) Las últimas previsiones de los expertos señalaban que el huracán iba a volver a tocar tierra el lunes y, con bastante probabilidad, en las cosas del Estado de Luisiana, cerca de la ciudad de Nueva Orleáns. (El País, 28 agosto 2005).

 

Los suministros informativos proporcionados por los técnicos y las instituciones fueron recogidos sin ningún tipo de desconfianza; su legitimidad, proveniente del carácter científico y especializado de los primeros, así como la aureola de eficacia de la Administración norteamericana, debieron eliminar cualquier recelo.

 

4.2.- Gestión de la crisis y responsabilidades políticas

 

En el segundo periodo, los dos medios recogieron ampliamente las reacciones ante la gestión de la crisis de los distintos niveles de los gobiernos implicados, en especial del Federal. De esta manera encontramos similitudes en las definiciones sobre las primeras actuaciones tras el paso del Katrina, calificándolas como ineficientes, lentas e incapaces:

 

(…) Pese a encabezar un gobierno poco proclive a ejercicios públicos de autocrítica, el presidente de EEUU se vio obligado ayer a reconocer como inaceptable la lenta y descoordinada respuesta oficial para auxiliar a las víctimas del Katrina (ABC, 3 septiembre 2005).

 

(…) Bush admitió que hubo “serios problemas” en la respuesta a la devastación causada por el Katrina “a todos los niveles del gobierno”. (El País, 14 septiembre 2005).

 

(…) El presidente Bush parecía aceptar las críticas de quienes acusan al Gobierno de haber actuado con parsimonia (El País, 3 septiembre 2005).

 

(…) ¿Cómo ha podido suceder esta desgracia, sobre todo en la gestión de la ayuda en los días posteriores al paso del huracán en los Estados Unidos de América, el primer mundo del primer mundo? (J. J. Armas Marcelo, ABC, 12 septiembre 2005).

 

Así mismo, un gran número de informaciones personalizaron sus críticas en el presidente G. W. Bush, a quien identificaban como máximo responsable de la lenta respuesta, convirtiéndolo en el centro de todas las críticas:

 

(…) La mala gestión del presidente Bush en la catástrofe de Nueva Orleáns ha desatado las críticas de autoridades y víctimas (Luis Ignacio Parada, ABC, 3 septiembre 2005).

 

(…) El fracaso principal del liderazgo, sin duda, corresponde al presidente porque es el primer responsable del país. Y la percepción de que no le importó lo suficiente la tragedia es evidente. (El País, 12 septiembre 2005).


Pese a la similitud inicial entre los dos periódicos y como hemos comprobado antes, El País ofreció una visión mucho más negativa que ABC en el tratamiento de las noticias políticas (94% frente a un 44%), mostrándose muy crítico con la gestión gubernamental y recogiendo con más crudeza en las crónicas de sus enviados especiales a la zona, las consecuencias de una ineficaz “respuesta” administrativa que no dudó en catalogar de “mortífera”:

 

(…) La lentitud de la respuesta ante el desastre del huracán Katrina está siendo mortífera. Miles de refugiados aguardan sin comida ni bebida y rodeados de cadáveres a ser evacuados”. (El País, 3 septiembre 2005).

 

(…) La administración Bush es blanco a estas horas de críticas por su incapacidad manifiesta para haber garantizado la evacuación y, ahora, la ayuda a las víctimas (El País, 3 septiembre 2005).

 

De igual manera y pese a que ambos periódicos recogen críticas al Gobierno Federal, ABC limitó sus informaciones y análisis a los momentos de crisis y a la gestión posterior de la ayuda tras la llegada del huracán. Sin embargo, El País conectó esas las deficiencias a la herencia y posterior ampliación de una política “neoliberal”, “neo-con” o de “estado mínimo” en los Estados Unidos. Así y a través de la opinión de la editorial y del columnista fijo especializado en temas internacionales, El País marcó una ideológica muy clara que, como hemos constatado, se trasvasó también a la información:

 

(…) Los que, desde Reagan y su actual heredero ideológico en la Casa Blanca, eran partidarios de un Estado mínimo y del “conservadurismo compasivo” recogen estos días los amargos frutos que sembraron (…) La combinación de neoliberales y neo-cons en Washington ha llevado a que la catástrofe natural se esté transformando en catástrofe social y política (Editorial, El País, 4 septiembre 2005).
.
(…) El desastre de Nueva Orleáns, donde la Administración de Bush federal recortó medidas de protección contra huracanes e inundaciones y despreció la conservación de los entornos naturales, ha puesto de manifiesto la quiebra de la idea de Estado central reducido o gobierno mínimo. Cuando más echamos de menos al Estado es cuando más se necesita (Andrés Ortega, El País, 5 septiembre 2005).

 

Hay que señalar que ambos medios recogieron superficialmente la falta de seguridad y de efectivos de la Guardia Nacional para atender a los damnificados con el envío masivo de tropas a Irak. Estas referencias son mucho más abundantes en El País, que además las vinculó a la “impopularidad de la guerra de Irak”, tema presente durante esos días en todas las agendas informativas sobre EE.UU., por la acampada antibelicista ante el rancho del presidente G. W. Bush liderada por la madre de un soldado estadounidense muerto en la guerra.

 

(…) Aquí ¡ni un puñado de sal! ¡Este país sólo se gasta el dinero en guerras! (ABC, 3 de septiembre 2005).

 

(…) Lo arriesgado para Bush y para su partido (…) es que cristalice en la opinión pública esta pérdida de confianza y que se establezcan vínculos entre la aventura de Irak y la catástrofe del golfo de México. (El País, 4 septiembre 2005).

 

(…) A la impopularidad de la guerra de Irak se le une ahora su falta de reflejos para abordar la crisis con energía y decisión (El País, 4 septiembre 2005).

 

(…) Bush, cuyo índice de aprobación oscila entre el 38% y el 42%, según los sondeos, consideró que es “descabellado asegurar que el despliegue en Irak implicó que hubiera menos tropas”, para atender a las necesidades. “Tenemos soldados suficientes para las dos tareas (El País, 13 septiembre 2005).

 

4.3. Cuestiones sociales: raza y clase social

 

La mayor diferencia entre los dos periódicos residió en el peso y enfoque de las noticias que abarcan temas sociales. Como apreciamos en el Gráfico 6, las informaciones que abordan la vida cotidiana y las condiciones de la ciudadanía en las zonas afectadas despuntan en El País frente a ABC, que prima las noticias políticas sobre las de contenido social (48% frente a 33%). Debido al impacto del Katrina sobre la población, un gran número de informaciones contienen las biografías y los relatos sobre los afectados. De igual manera, esta categoría cobra relevancia (una vez más, sobre todo en El País) por las continuas críticas a la imprevisión y la mala gestión de la crisis, materializadas en las condiciones de vida de la población damnificada. La vinculación directa con la responsabilidad gubernamental fue expresada por El País en términos de “abandono” y “engaño”. ABC, en cambio, eludió esas imputaciones.

 

(…) La gente se está muriendo. Dicen sentirse como animales abandonados a su suerte. Ni una gota de agua potable, ni una migaja de pan (…) Los más pobres entre los pobres sienten que su gobierno los abandona (El País, 3 septiembre 2005).

 

(…) La gente está desesperada, durante días no ha habido orden, ni seguridad. La gente se siente engañada: lo hemos pasado mal. (El País, 4 septiembre 2005).

 

(…) La violencia se extiende. Son gente pobre y desesperada. Sin hogar, sin atención médica, sin comida, sin agua (ABC, 5 septiembre 2005).

Siguiendo con el análisis de las noticias sociales, en los dos periódicos se impuso el tema de la raza, la discriminación y las diferencias de clase como factores relevantes para explicar las peores consecuencias de la catástrofe. Si bien es cierto que ABC recogió en algunas noticias este marco discursivo, lo hizo de una manera neutra. Por el contrario, El País ofreció una línea argumental más desarrollada. Bajo titulares como “La tragedia deja al descubierto la marginación de los negros” o “La comunidad afroamericana, indignada al comprobar que es la más afectada por la catástrofe”, las informaciones recogieron con crudeza, cómo el denominado “huracán de los pobres” dejó al descubierto el solapamiento de las diferencias sociales y de raza:

 

(…) Pero, además, la catástrofe humana de los días posteriores ha puesto de manifiesto una intolerable fractura social, en la que la raza y la clase han sido determinantes: los barrios de Nueva Orleáns más afectados estaban habitados en su práctica totalidad por negros, y en ellos una tercera parte vive bajo el umbral de la pobreza (El País, 4 septiembre 2005).

 

(…) Quienes tratan hoy de sobrevivir hacinados en el Superdome y en el Centro de Convenciones son aquellos que durante el resto del año dependen de los subsidios estatales para vivir, (…) Son los más pobres de Nueva Orleáns, en su inmensa mayoría negros, las víctimas de esta catástrofe (El País, 3 septiembre 2005).

 

(…) Las víctimas, subrayan, son mayoritariamente negros y pobres: los que trabajan duramente en la parte trasera de los paraísos turísticos, los que viven en los ruinosos suburbios que desde hace mucho se sabían vulnerables a un desastre si los diques fallaban (El País, 3 septiembre 2005).

 

(…) En Nueva Orleáns, el impacto del desastre subraya la relación entre raza y clase en una ciudad donde dos tercios de los residentes son negros y más de una cuarta parte vive en la pobreza (El País, 3 septiembre 2005).

 

La reacción y la visita de G. W. Bush fueron duramente criticadas, incluso denunciadas como “escándalo” ante la población afectada y como “paseíllo” propagandístico:

 

(…) El paseíllo de Bush fue pura propaganda. El huracán le ha pillado con los pantalones bajados, igual que a la Agencia Federal de Emergencias y al centro de emergencias de Misissipí; es un escándalo, sobre todo de cara a la población negra (El País, 4 septiembre 2005).

 

Sin embargo, según ABC, fue la falta de “recursos” lo que empujó a los afroamericanos más pobres a quedar “desproporcionadamente atrapados”.

 

(…) En este sentido, las cifras del censo federal, indican que los negros forman dos tercios del aproximado medio millón de residentes en el centro de Nueva Orleáns; con un tanto por ciento viviendo por debajo del umbral de la pobreza, el doble de la media nacional. Este segmento de la población, sin recursos para cumplir la orden de evacuación es el que a la postre ha quedado desproporcionadamente atrapado (ABC, 4 septiembre 2005).

 

Las responsabilidades gubernamentales, por tanto, se diluyeron o, en todo caso, se vieron rebajadas por la propia condición de ¿auto?marginados de las bolsas de población que más sufrieron. El diario conservador adoptó incluso un marco discursivo “criminalizador” de los afroamericanos, cuando abordó los conflictos y saqueos que se desarrollaron en los primeros momentos de la crisis. Estos se conectan directamente con el “rencor” histórico de la población negra, conectando directamente, la raza y la clase social, con la delincuencia y los altercados:

 

(…) La minoría más pisoteada de EEUU desde la época de las plantaciones de estos estados sureños ha encontrado en el caos de la tragedia una forma de aliviar el rencor acumulado durante siglos y desquitarse de los que se han paseado indiferentes frente a ellos, con sus hábitos de blanco acomodado. Los hispanos, en cambio, la mayoría ilegales, aceptan la tragedia con resignación indígena y hacen colas pacientemente”. (ABC, 3 septiembre 2005).

 

Como se observa al final de la cita, los estereotipos racistas se aplicaron, supuestamente con efectos positivos, a “los hispanos”, indígenas pacientes que “aceptan la tragedia”.


5. CONCLUSIONES

a) La crisis provocada por el huracán Katrina supuso una crisis en la imagen internacional tanto de EE.UU. como del Gobierno federal y del Presidente G. W. Bush. La ausencia de contenidos informativos con valoraciones positivas en todos los diarios de nuestra muestra, incluso en el diario conservador español, confirma esta afirmación. La carga negativa habría sido lógica en los medios de centro-izquierda y en los momentos más álgidos, de mayor impacto humano; pero no así en la fase posterior de reparación de los daños y evaluación de la respuesta gubernamental.

b) La crisis humanitaria que desató el huracán se transformó en una crisis política, afectando tanto la imagen de EE.UU. como potencia mundial y modelo de desarrollo, como la de sus gobernantes como líderes globales. Incluso esta afirmación resulta aplicable al periódico más alineado editorial e ideológicamente con la actual Administración norteamericana.

c) Hemos constatado los sesgos existentes en la prensa internacional de referencia y que se justifican por el posicionamiento de cada país en términos económicos, geoestratégicos e ideológicos respecto a la nación que es objeto de atención periodística. En la comunicación internacional, siguen primando el etnocentrismo y los intereses nacionales.
En este estudio hemos comprobado cómo en la prensa latinoamericana que hemos analizado EE.UU. se comparaba con los países del tercer mundo más subdesarrollados, enfatizando sus problemas raciales e, incluso, considerando la catástrofe como una oportunidad económica para los países emergentes del continente americano.
En los diarios europeos convergieron las líneas editoriales de los diarios homologables en su posicionamiento ideológico, pero con marcos discursivos muy ligados a las políticas exteriores de cada país; así como al debate político interno y sobre las alianzas con EE.UU. En Gran Bretaña, por ejemplo, la evaluación general del Katrina se identificó como síntoma de una crisis de liderazgo, tanto de la nación estadounidense como de sus gobernantes, tanto a nivel interno como global.

d) En sintonía, también con nuestros estudios previos, confirmamos la existencia de modelos periodísticos diferenciados. Frente a la prensa anglosajona, la latina o mediterránea, refleja la polarización del debate político en clave interna, desatiende la cobertura internacional por focalizarse en las crisis políticas internas y marca una distinción menos clara entre opinión e información, editorializando gran parte de sus contenidos.

e) Al habernos centrado en la prensa de centro-izquierda podemos haber subrayado en exceso las valoraciones críticas y el cuestionamiento del modelo político y económico que encarna EE.UU. Ciertos argumentos (sobre todo en los medios brasileños y españoles analizados) transpiran un antiamericanismo que llega a extenderse a una crítica del papel civilizatorio de los EE.UU. Sin embargo, sorprende que en el polo ideológico opuesto, encarnado en este estudio por ABC, no se hubiesen recogido valoraciones positivas de cómo actuaron las autoridades norteamericanas, de las condiciones estructurales o del posible impacto de las intervenciones públicas, que pudieron haber convertido esta crisis en una oportunidad para el desarrollo de las zonas y las poblaciones más afectadas. Este era el marco discursivo que el Gobierno norteamericano intentó transmitir; por lo visto, sin demasiado éxito para las audiencias extranjeras.


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